viernes, 25 de marzo de 2011

Nubes… Existo sin saberlo y moriré‚ sin quererlo. Soy el
intervalo entre lo que soy y lo que no soy, entre el sueño y lo
que la vida ha hecho de mí, la medida abstracta y carnal entre
cosas que no son nada, siendo yo también nada. Nubes… ¡Qué
desasosiego si siento, qué desconsuelo si pienso, qué inutilidad
si quiero!
F. Pessoa, El libro del desasosiego



Caminar en base a callejeros inexistentes
Soliloquio solipsista en la noche insalvable
Caminar en base a callejeros desactualizados;
Soliloquio solipsista en la noche atópica.
Caminar en base a callejeros inexistentes;
(caminar)





jueves, 17 de marzo de 2011

"Yo me destruyo para saber que soy yo , y no los demás" A.Artaud

Idus de marzo. Déjame que me abandone por completo, déjame por un día, por una noche, que la vigilia me parta en dos, déjame abrirme un poco las venas y que ya no pueda encontrarte al fondo del pasillo entre bustos gélidos de mármol. Déjame una miríada de fracasos que escalar, un par de asesinatos en serie con el suficiente morbo como para salir en las noticias entre tanto pecho de silicona. Déjame un Dionisos silencioso, o un espejo que no sepa reflejar, déjame abrirme las venas tranquilamente mientras la última botella de ginebra levita en el vacío de este pulmón. No, Schopenhauer no era pesimista.


martes, 15 de marzo de 2011

Laberinto hermenéutico

La cruz de Cristo nos salva del laberinto circular de los estoicos
S.Agustín, La ciudad de Dios

Según Borges, el peor de los laberintos no es aquella forma intrincada en la que podemos quedar atrapados para siempre, sino la precisa y simple la línea recta: de un vistazo vemos el principio y el final, no hay más misterio. La inmediatez y simplicidad de tener todo en una simple mirada puede ser el peor castigo.

Para el mismo escritor, no obstante, el peor de los laberintos es aún más fatídico: es la inexistencia del mismo "En el laberinto hay un centro, aunque ese centro sea terrible y sea el Minotauro. En cambio, no sabemos si el universo tiene un centro. Posiblemente no sea un laberinto, sea simplemente un caos, y entonces sí estamos perdidos. Pero si hay un centro secreto del mundo, ese centro puede ser divino, o puede ser demoníaco; da igual, porque estamos salvados, porque entonces hay una arquitectura"


Curiosa la idea de que lo peor no es el hecho de que exista una idea que nos lleva al colapso y a la inefabilidad extrema, sino la inexistencia de la misma.
De hecho, el riesgo más grande de nuestra comprensión cultural de apariencias, representaciones y claves es que estos conceptos desaparezcan: como ejemplo tenemos las consecuencias que acarrean el ejercicio distópico de G. Orwell, 1984, o la espeluznantemente razonable máxima del joven Wittgenstein, "De lo que no se puede hablar, mejor callar"

domingo, 13 de marzo de 2011

Crepúsculos



Qué decir de los crepúsculos de la ciudad de los cordeles y las confidencias absolutamente gratuitas,
de los crepúsculos que según Bolaño eran habitados por siluetas soberanas,
por la magnificiencia del sol y del mar sobre tanta casa colgante o subterránea...



...
Qué decir si en este crepúsculo de humo de café ya no puedo decirte la noche, ni el verbo, ni el cuerpo.


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