La hora se acerca. Se firman acuerdos. Se anuncia en los medios como si de la última película de éxito se tratara. Se sigue debatiendo, discutiendo: las luces, la altura de las sillas, las entradas y salidas. Cualquier nimiedad es asunto de estado. Todo debe ser dispuesto para que mañana una vez más los políticos intenten convencer al electorado con su discurso retórico y decorado. No con acciones que lleguen al pueblo llano. Con palabras, que como dijo aquel famoso poeta "Viento son y éste se las llevará"
977.000 euros, mucha pedantería y (construcción de un nuevo plato y decorado, ambientación, vestimenta, material importado para la retransmision) y pocas respuestas en el sistema bipartidista y consevador en el que nos estamos convirtiendo. American show a la española.
977.000, casi el millon de Euros para intentar inclinar la balanza, para limar las asperezas de los programas e intentar encandilar al electorado, cuya voz se olvida durante el largo mandato. Un millon de euros, un gasto en el que no todos estamos representados.
Las elecciones son un campo de batalla. La televisión es el ring, y por lo visto, solo hay dos luchadores. El premio somos nosotros.
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domingo, 24 de febrero de 2008
martes, 19 de febrero de 2008
posesión
te puedo dar mucho, todo, bueno casi todo.Mis días, que ya es suficiente, creo yo. Te puedo dar todas las noches y las mañanas, los paseos y las poesías. Podemos firmar un contrato, estipular que cohabitaremos durante uno, dos meses, o año, lo que tu quieras.
te puedo dar mucho, todo, bueno casi todo. No me entrego, no me doy. Puedes tener mi cuerpo, pero no mi alma. No soy tuya. Soy de mí misma. Soy libre, libre para estar, venir, ir, correr. Necesito mi libertad para seguir creciendo. Si fuera tuya, siempre tuya, eternamente tuya estaría desandando pasos que tanto costó recorrer a aquellas mujeres ambiciosas y comprometidas.
Te puedo dar todo, menos a mí misma. ¿Entiendes?
te puedo dar mucho, todo, bueno casi todo. No me entrego, no me doy. Puedes tener mi cuerpo, pero no mi alma. No soy tuya. Soy de mí misma. Soy libre, libre para estar, venir, ir, correr. Necesito mi libertad para seguir creciendo. Si fuera tuya, siempre tuya, eternamente tuya estaría desandando pasos que tanto costó recorrer a aquellas mujeres ambiciosas y comprometidas.
Te puedo dar todo, menos a mí misma. ¿Entiendes?
lunes, 18 de febrero de 2008
El silencio murió
Algo se escucha y la cabeza empieza a ser más pesada.
Un agudo ruido parece estar metido en la oreja y no sale.
El silencio se empieza a olvidar y el ruido se convierte en cotidiano.
Sociedad que perdió el silencio...
Necesidad de ruido
Un agudo ruido parece estar metido en la oreja y no sale.
El silencio se empieza a olvidar y el ruido se convierte en cotidiano.
Sociedad que perdió el silencio...
Necesidad de ruido
Amaia
domingo, 10 de febrero de 2008
Poesía para una tarde de letanía.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso "diez minutos"
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos
y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigocuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa y decirme "¿Qué tal?"
y quedaríamos
yo
con la mancha roja de tus labios
tú
con el tizne azul de mi carbónico.
Mario Benedetti.
Mayte.
y acabo la planilla y pienso "diez minutos"
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos
y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigocuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa y decirme "¿Qué tal?"
y quedaríamos
yo
con la mancha roja de tus labios
tú
con el tizne azul de mi carbónico.
Mario Benedetti.
Mayte.
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