
Donibane Pasaia-Pasajes San Juan
Él desconocía el orden de la vida: los biorritmos, los protocolos, los cubiertos, la función de los calzadores. Y ese mismo caos descuidado fue el que me atrajo irremediablemente a su presencia y su ausencia. En la hora en cuál los relojes no marcan las horas ya y los corazones se congelan bajo luces ensorcedoras daría lo que fuera por recostarme los suficientemente cerca de su cuerpo como para escuchar aquella arrítmica, pausada y honda respiración.
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