Vlaminck, Rue.
Tras los besos de rigor, esos besos que Delibes decia que se enviaban al aire para compensar todos los que se habian quedado sin dar, te sueltan.
Se supone que ya eres capaz de mantener el equilibrio sin la red que te protegía hasta ahora. Yo no sé en que momento se nos ha creido ya maduros y capaces de hacer de guías certeros, de faro para nuestro camino. Somos nuestra avería y nuestra redención. Sé ya algo de averías.De redenciones gracias a meritos propios, en cambio, poco
Y el mundo exterior asusta. Y las decisiones, al ser tan de peso, también. Aunque Kundera nos tiene avisados, cualquier decision que tome va a ser un punto inútil en la existencia en general, invariable. De hecho, ser tan leve e irrelevante es insoportable para algunos.