(F.Nietzsche)
Vivimos en un constante transición entre dos placeres estéticos, una sinfonía entre la belleza del acontecimiento, atemporal, abierto e infinito y la triste belleza de aquello qu
e releemos como absoluto una vez que no es acontecimiento. Una constante escisión entre dos bellezas, igual de inalcanzables y desdichadas: El ahora radical y el ayer muerto. Y en medio (como siempre) la piel
.