Las urnas dieron la razón al bipartidismo, tal vez por miedo a que ganase la derecha, pero es lo que ha pasado. Fenomenos extraños, como la victoria del PSOE en Euskadi se han podido ver, la gente se ha quedado extrañada, al menos en mi entorno, pero es lo que hay.
Llamazares ha dicho que lo deja, el bipartidismo lo ha derrotado. El modelo estado unidense parece coger fuerza, aunque muchos ridiculizan los modos que priman allí. Como bien a comentado Javier Ortiz en su columna "basta con mirar lo que sucede allí para saber qué tendremos aquí en diez años: qué vestimenta juvenil, qué tipo de comida... y -ay, también- qué estilo de política."
¿Qué hacer ante esta situación? Tal vez se pueda hacer algo, pero parece que la maquinaria estaba en marcha desde hace tiempo y esto seguirá adelante de no ser que alguien pare las maquinas.
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lunes, 10 de marzo de 2008
lunes, 3 de marzo de 2008
Cronica de un concierto de ensueño
Hace unos meses me recomendaron escuchar a Ismael Serrano y en poco tiempo sus canciones se convirtieron en letras cotidianas de la vida y ahora son parte de mí.
El sabado llego el día de verle cantando. Antes de entrar al auditorio la emoción se notaba y allí estabamos, delante del escenario en la fila 6. Se veía perfectamente y el escenario estaba decorado de una manera misteriosa.
Los minutos pasaron y los compañeros de Ismael y él mismo entraron en el escenario. Los minutos pasaban con historias, canciones, risas y aplausos. Menciones a canciones, criticas al estado de cierta ciudad, alguna lagrima por nuestra parte, menciones a la lenceria del señor Bergia...
Intentamos darnos cuenta de que si se callase el ruido el mundo sería más agradable y podría oir la lluvia caer, creimos en Casandra y pedimos a papa que nos contase de nuevo aquella historia de un guerrillero loco que mataron en Bolivia. Miles de historias y echos, tantas cosas seguirán pasando, que quizás las cosas no nos cambien tanto...
Amaia
El sabado llego el día de verle cantando. Antes de entrar al auditorio la emoción se notaba y allí estabamos, delante del escenario en la fila 6. Se veía perfectamente y el escenario estaba decorado de una manera misteriosa.
Los minutos pasaron y los compañeros de Ismael y él mismo entraron en el escenario. Los minutos pasaban con historias, canciones, risas y aplausos. Menciones a canciones, criticas al estado de cierta ciudad, alguna lagrima por nuestra parte, menciones a la lenceria del señor Bergia...
Intentamos darnos cuenta de que si se callase el ruido el mundo sería más agradable y podría oir la lluvia caer, creimos en Casandra y pedimos a papa que nos contase de nuevo aquella historia de un guerrillero loco que mataron en Bolivia. Miles de historias y echos, tantas cosas seguirán pasando, que quizás las cosas no nos cambien tanto...
Amaia
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